La vergüenza es la turbación del ánimo que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida o por alguna acción deshonrosa y humillante; aprovechemos la vergüenza para ser una Iglesia más viva y activa.
Propuestas:
Primera: no nos dé vergüenza ir a Misa.
Segunda: no tengamos vergüenza de prestar un servicio en la parroquia.
Tercera: no sintamos vergüenza al defender la vida.
Cuarta: no dejemos de hacer oración por vergüenza.
Quinta: no nos cause vergüenza hablar de Dios.
Sexta: no nos dé vergüenza acercarnos a confesar.
Séptima: no tengamos vergüenza decir que somos católicos.
Octava: no sintamos vergüenza de hacer obras de caridad. Novena: no dejemos de participar en un grupo, movimiento o asociación, por vergüenza.
Décima: no dejemos de hacer el bien y evitar el mal, por pura vergüenza.
Para que la vergüenza le haga un bien a México, propongo:
Primero: sí nos dé vergüenza engañar al pueblo.
Segundo: sí nos dé vergüenza abusar de quien no sabe, no puede o de quien no tiene.
Tercero: sí nos cause vergüenza quedarnos con los bienes que no son nuestros.
Cuarto: sí nos dé vergüenza practicar la corrupción.
Quinto: sí sintamos vergüenza de cultivar y vender droga.
Sexto: sí nos dé vergüenza simular que hacemos el bien que en realidad no hacemos.
Séptimo: sí nos cause vergüenza engañar y maltratar a la mujer.
Octavo: sí nos avergoncemos ser causa de pobreza material, espiritual, moral o cultural.
Noveno: sí nos dé vergüenza querer ser lo que no somos.
Décimo: sí nos cause vergüenza ser cobardes para defender la vida y la familia. 2019: año de la vergüenza (leer Eclesiástico 41,14-27).