Estamos llamados a responder a esta invitación, sobre todo en este Cambio de Época, que implica que nos reconozcamos en nuestras principales relaciones: con los otros, con lo otro que es la creación y con Dios

Crédito. Pbro. M. en C. Eduardo José Corral/Luis Felipe Zizumbo
A la Iglesia le importa mucho la educación en tanto que busca la salvación de todos los seres humanos, incluso de los que no creen o no que no quieren saber de Dios.
La Iglesia en estos últimos 500 años, presente en América, ha jugado un papel muy importante en la educación.
El 12 de septiembre del 2019, el Papa Francisco anunció que el 14 mayo del 2020 lanzaría un Pacto Educativo Global.
Sin embargo, debido a la pandemia decidió posponer dicho lanzamiento al 15 de octubre del mismo año, a través de un videomensaje breve y profundo que ha tenido un impacto positivo tanto en la educación formal como no formal.
El Pacto Educativo Global busca promover la corresponsabilidad de la educación de todos los seres humanos.
En este mensaje, el Papa hace un llamado a la sociedad a hacer un ejercicio de escuchar a los educandos, dejarse interpelar por sus inquietudes, necesidades y realidades concretas.
El Pacto Educativo Global nos convoca a todos: padres de familia (primeros responsables de la educación de sus hijos), maestros, directivos, sindicatos, sociedad civil, gobiernos, iniciativas de educación no formal (deportivas, culturales), distintas religiones.
El Papa concluye este mensaje proponiendo siete compromisos y tareas concretas: 1) poner a la persona al centro de toda acción educativa; 2) escuchar la voz de los niños, niñas, adolescentes; 3) fomentar la participación de niñas y jóvenes en la educación; 4) recuperar a la familia como la primera educadora; 5) educar y educarnos para acoger a las personas más vulnerables; 6) encontrar formas más humanas para entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso, para que estén al servicio de la persona, en la perspectiva de una ecología integral; y 7) salvaguardar nuestra casa común.