Estamos aquí para pedirle a Cristo Rey haga ver a los ciegos; que vean la pobreza cada día mayor en nuestro México

La Provincia de Hidalgo se sumó al llamado de la Iglesia en México, en la diócesis de Tulancingo se preregrinó hasta el monumento a Cristo Rey, y en la Diócesis de Tula se vivió un lucenario.
También, en la Diócesis de Huejutla se ofrecieron Eucaristías dominicales por los sacerdotes y religiosos asesinados.
El llamado de la Iglesia en México fu a orar por la paz en julio, celebrar Misas o realizar actividades comunitarias en lugares significativos que representen a personas desaparecidas, asesinadas o víctimas de exclusión.
En específico, el 31 de julio la Iglesia, de manera general, se congregó en oración por los victimarios, por sus vidas y la conversión de sus corazones.
Diócesis de Tulancingo

Se sumó el sábado 23 de julio a la Jornada de Oración por la Paz promovida por la Iglesia en México.
Al pie del monumento a Cristo Rey, Mons. Domingo Díaz Martínez presidió la Misa ante más de 300 personas que marcharon por la paz.
Fue ahí donde el señor arzobispo de Tulancingo llamó a hacer oración por la paz, porque solo Dios “hace oír a los sordos, hace ver a los ciegos y hace hablar a los mudos”.
Díaz Martínez reflexionó sobre la realidad a la que se enfrenta México: “Los gritos de dolor de tanta gente que sufre a causa de la violencia, los reclamos de los amenazados, maltratados, mal pagados, engañados y marginados; los afectados por tanta impunidad”.
Al mediodía de ese sábado, reunidos tras peregrinar desde la parroquia de La Asunción, mayores, jóvenes y niños fueron llamados a hacer oración a Cristo Rey.
“Estamos aquí para pedirle a Cristo Rey haga ver a los ciegos; que vean la pobreza cada día mayor en nuestro México”.
“Vean las grandes cifras de los muertos y los desaparecidos; vean las noticias que nos hablan de extorsiones, amenazas, asaltos y levantones”, enfatizó Domingo Díaz.
Con vestimenta blanca, banderolas y cartulinas, familias enteras escucharon el llamado a orar por la paz, en especial por aquellos que “conocen la verdad y no dicen nada, los agentes de maldad, los que ven las injusticias y no dicen nada”.
Mons. Domingo Díaz Martínez atribuyó el silencio entre la población al temor que existe para hablar, “ya sea por miedo o por alguna otra causa. ¡Hay mucho silencio!”.
Aseguró que los católicos “somos inmensa mayoría, pero parece que muchos estamos callados, estamos mudos”.
“Necesitamos hablar de las grandes verdades, necesitamos hablar del Señor Jesús”, remarcó.
Por último, lanzó un llamado especial a la juventud, a orar por la paz en México: “Queremos una vida más digna y queremos vivir más contentos”.
Diócesis de Tula

Fue el 30 de julio que, como parte del cierre de la Jornada de Oración por la Paz, en la Diócesis de Tula se llevó a cabo un lucernario que dio inicio a las 20:00 horas con una oración dirigida por el Pbro. José Miguel Martínez.
Posteriormente, con la imagen de Nuestra Santísima Virgen María se hizo un recorrido por las calles principales de la ciudad episcopal, dirigido por algunas religiosas.
A las actividades asistieron personas de las diversas parroquias de la foranía de Tula, así como sacerdotes y el señor obispo, Mons. Juan Pedro Juárez Meléndez.