La Iglesia nos hace experimentar que a dondequiera que vayamos, en donde quiera que estemos estamos en familia, porque la Iglesia es una familia, la familia de los hijos de Dios

Crédito. Abraham Vega Granados
La II Jornada Nacional de la Juventud (JNJ), que tuvo lugar en Guadalajara, llevó por lema “María se levantó y partió sin demora”, contó con la participación de jóvenes peregrinos, sacerdotes y religiosos de las distintas provincias eclesiásticas de México.
Por parte de la Arquidiócesis de Tulancingo participamos 65 jóvenes que tuvimos la oportunidad de vivir un verdadero momento de gracia al lado de cientos de jóvenes enamorados de Cristo, dispuestos a encontrarse con Dios a través del hermano.
Personalmente, las palabras “Joven, a ti te digo, levántate” fueron las que iluminaron y dieron sentido a toda mi experiencia en esta II JNJ, me hicieron recordar el amor de Jesús para conmigo y para con su Iglesia.
Jesús está atento al corazón de cada joven y como es característico de Él, ve lo que hay dentro, se compadece, toca y reincorpora a la vida; nos levanta de nuestras comodidades y nos lleva al encuentro del hermano.
La finalidad del encuentro personal con Cristo nos debe llevar a la misión y al testimonio, estas son las tareas que como juventud de Cristo estamos llamados a vivir; en María encontramos el ejemplo perfecto de estas dos tareas, ella se levantó y partió sin demora.
La marcha que se llevó a cabo el domingo 14 de agosto fue un momento propicio para dar testimonio de la fe que nos une como jóvenes católicos ante todo México.
Este encuentro, además de motivarme a ser parte de la Iglesia en salida, también me permitió ver una vez más la universalidad de la Iglesia católica que reúne a todos los hijos de Dios en un mismo actuar y sentir.