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En el marco del 158 aniversario del Seminario de Tulancingo, Daniel Ibarra y Roberto Rosales fueron ordenados diáconos por imposición de manos de Mons. Domingo Díaz Martínez.

El señor arzobispo de Tulancingo les encomendó, en el inicio de su ministerio, dedicarse a la oración, a evangelizar y a promover la caridad.

Luz de Luz pudo platicar con cada uno de ellos, en relación a su misión una vez consagrados.

Diác. Daniel Ibarra Sánchez

Paroquia San Nicolás de Tolentino (Ahuazotepec, Puebla)

« Agradezco a mi familia, que siempre me ha apoyado y amado, de manera especial mi padre que desde el cielo sigue pidiendo a Dios por mí »

Formación

Tuvo 11 años y medio de formación en el Seminario Diocesano de San José: tres años de Humanidades, un año en el Curso Introductorio, tres años de Filosofía, un año de Servicio en la parroquia de San Bartolomé Apóstol (Tlacuilotepec, Puebla) y tres años y medio de Teología.

Sentir

Hay, sin duda, un cúmulo de sentimientos, pero no queda más que sentirme plenamente amado por Dios, al grado de que me ha concedido la gracia del orden del diaconado.

Retos, desafíos, sueños

Reto: testimoniar con mis palabras y acciones el amor que he experimentado por parte de Dios, de modo que despierte en los demás el deseo de amarlo y seguirlo; desafíos: transmitir el mensaje del Evangelio en la sociedad actual, en una época en la que muchos no quieren saber nada de Dios, o lo buscan, pero a su medida; sueños: querer que todos conozcan a Dios y experimenten su amor que transforma, de modo que busquemos juntos la santidad.

Agradecimientos

Claramente a Dios, pues sin su gracia nada de esto podría realizarse; y como un regalo de esa misma gracia que de Él viene, agradezco que haya puesto a tantas personas que mucho han ayudado en mi formación: a todos los sacerdotes que de alguna manera me han ayudado con su amistad y como formadores, a las personas con las que comparto la pastoral, a mis compañeros y excompañeros, y a mi familia que siempre me ha apoyado y amado, de manera especial mi padre que desde el cielo sigue pidiendo a Dios por mí.

Diác. Roberto Morales Rosales

Parroquia Nuestra Señora de la Asunción (Huauchinango, Puebla)

« Agradezco a Dios por el don recibido, a mi familia y a quienes me ayudan moral, espiritual o económicamente »

Formación

Inició suformación en la etapa de Nivelación, por lo que está por cumplir diez años de formación en el Seminario Diocesano de San José.

Sentir

Fueron varios sentimientos que ennoblecieron la misma vivencia y experiencia de la ordenación.

Al principio se presentaba el nerviosismo, pues sabía que la realidad a la que me enfrentaba exigía más de mí y es un gran compromiso con Dios y con la Iglesia; pero poco a poco descubrí que más que nerviosismo estaba de fondo la alegría, la emoción y la ansiedad de conocer la experiencia tras la ordenación, al punto de que estos sentimientos se convirtieron en paz y serenidad, sentimientos mismos que los he mantenido hasta el momento.

Retos, desafíos, sueños

Los retos y desafíos que enfrento es ser coherente entre mi ser y quehacer, entre lo que digo y hago, no anteponer mis gustos personales, ser testigo de esperanza para el Pueblo de Dios, que el mensaje que predique tenga impacto en el seguimiento a Jesucristo, que a través de mí puedan encontrarse con Cristo.

Busco que conozcan, amen y sigan a Cristo.

Agradecimientos

Agradezco a Dios por el don recibido, pues a través de la gracia recibida no es otra cosa más que Él mismo quien se hace presente en mí. Agradezco a mi familia, y a quienes me ayudan moral, espiritual o económicamente.