
Jonathan Hernández recuerda aquella vez cuando a su amigo el padre Eduardo Monsiváis le cuestionó: ¿Y por qué no me bautizas?
Su trabajo lo llevó a acercarse a la religión católica, a partir de la transmisión de las Misas y su amistad con dos sacerdotes.
Infancia
La crianza de Jonathan estuvo a cargo de sus abuelos debido a que su mamá era madre soltera.
Creció dentro de la religión de Testigos de Jehová por la influencia y el arraigo de su familia.
“Yo no sabía de fiestas o del saludo a la bandera”, dijo en entrevista para Luz de Luz.
Él deseaba ser como los hermanos Testigos de Jehová, hasta que creció y decidió dejar la religión.
“Realmente no era lo que mi corazón quería y mi mamá se molestó conmigo”; tenía 22 años cuando pasó.
La decisión tuvo efectos en su familia, pues contó que su mamá le pidió “amablemente” que se fuera de su casa.
No obstante, asegura que eso le sirvió para tomar su propio camino: “Sales al mundo a conocer, queriéndote comer el mundo por todo lo que tenías reprimido”.

La religión católica
Jonathan recordó que años después en un periódico en el que trabajaba lo presentaron con el padre Chucho: “Él hablaba en una sección de temas religiosos y nos hicimos amigos”.
Si bien el sacerdote lo invitó a trabajar con él en otro proyecto y hablaban sobre la Biblia, el padre Chucho no lo influenció para que se acercara al catolicismo.
Diosidencias
Jonathan acepta que nunca fue asiduo a la oración, pero no se olvidaba de darle gracias.
No tiene clara la forma en la que Dios lo fue llamando, pues todo se dio por la oportunidad laboral que se le presentaba.
Entonces llegó la pandemia y su trabajo lo llevó a transmitir Misa desde la casa del obispo, Mons. Enrique Sánchez Martínez. Hizo buena amistad con él.

¿Y por qué no me bautizas?
Al padre Eduardo Monsiváis, recién ordenado, con toda la confianza que le tenía, Jonathan le hizo la petición especial: “¿Y por qué no me bautizas?”.
“Me dijo que no era así nada más. Entonces yo le respondí que ¿cuánto era?”, narró entre risas Jonathan.
El padre Lalo, como también lo conocen, le hizo ver que no se trataba de dinero.
“Mucha gente tenemos la idea que es fácil tener los sacramentos con dinero y no es así”, entiende ahora Jonathan.
Preparación
Con el antecedente de su infancia, era claro que Jonathan no tuviera los sacramentos de iniciación cristiana, pero su deseo de ser bautizado llegó a oídos del señor obispo.
Su respuesta fue: “Vamos a prepararte”. Ciertamente Jonathan conocía la Biblia al haber pertenecido a los Testigos de Jehová, pero tenía que adentrarse en la religión católica; catequizarse, en pocas palabras.
« Me preparé todos los jueves hasta que llegó el momento en que recibiría los sacramentos »
Recuerda bien la fecha: “7 de enero de 2023 fue el día en que me bautizaron”.

Acompañamiento
Si lo queremos ver de esta forma, fue Dios quien siempre lo fue preparando a través de los padres Chucho y Lalo, quienes después se convirtieron en sus padrinos; y de Mons. Enrique Sánchez, quien lo confirmó.
Conversión
Su testimonio de conversión tiene que ver con lo que asegura ser algo de “todos los días, para llegar al objetivo que es la santidad”.
Su trabajo en la Iglesia es evangelizar a través de los medios digitales, así lo ve; y en lo personal siente la “responsabilidad de llevar una vida correcta y la conciencia de ser mejor”.
