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Crédito. Gerardo de Jesús Sánchez

El apego es el vínculo que se tiene con los padres o cuidadores, y que va a predisponer el comportamiento que la persona tenga de adulto en su entorno, no sólo en sus relaciones interpersonales, también con el mundo.

El bebé desde el vientre de su mamá y después de la vida intrauterina va descubriendo su alrededor a través de los ojos de mamá: si ella está enojada el pequeño percibirá incomodidad, si tiene miedo la madre, él notará una amenaza.

Por eso es importante que los padres perciban esa gran influencia en sus hijos, que sean conscientes de su responsabilidad e indispensable labor en la formación de esos seres; si lo hacen estarían asegurando un mejor porvenir a sus hijos y al mundo.

Recordemos: la base de toda sociedad es la familia y el núcleo de la familia es el matrimonio, de tal manera tengamos presente que los hijos tienen derecho a unos padres y no al revés.

Los progenitores necesitan estar en condiciones para poder guiar a sus hijos y defenderlos de la cultura de la muerte, de manera que estarán en las mejores manos y no en las de una persona extraña. .

Un primer y fundamental paso para los padres de familia es generar comportamientos seguros en su interacción con el exterior; seamos cuidadosos con nuestros hijos, porque valen mucho.