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« No se descuiden, no omitamos nuestra participación en ellos por ningún motivo, hagámoslos de la mejor forma y aprovechemos todos los frutos espirituales que nos ofrecen »

Sin una verdadera participación, difícilmente podremos aprovechar la celebración.

Después del “oremos” se pueden leer las intenciones de la Misa, si es que no se hizo antes.

Cada oración colecta encierra en sí misma una gran riqueza, ya que proviene su redacción de tres fuentes: bíblica, patrística y litúrgica.

Por lo tanto, no se cambie, no se altere, no se improvise nada, sino hágase según el misal; muchas de ellas se han venido usando por siglos, incluso ya desde los antiguos sacramentarios del siglo IV.

Concluida la oración colecta finalizan los Ritos Iniciales y comienza la Liturgia de la Palabra.

Como hemos podido estudiar, los ritos iniciales poseen una gran riqueza dentro del conjunto de toda la celebración Eucarística.

Por lo tanto, no se descuiden, no omitamos nuestra participación en ellos por ningún motivo, hagámoslos de la mejor forma y aprovechemos todos los frutos espirituales que nos ofrecen.

Sin una verdadera participación activa, plena y consciente en los ritos iniciales, dificilmente podremos aprovechar toda la celebración y nuestra participación será incompleta y fragmentada.