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« Los modos de vivir esta devoción son variados, pero lo importante es sentirse hijo de María, al elevar una Oración, al venerar una imagen con un beso, al colocar una flor en su altar o al elevar una flor al cielo con el rezo del Ave María »

Los modos de vivir esta devoción son variados.

Crédito. Pbro. Luis Ángel Zamora Almaraz.

Es muy conocida la devoción de rezar el santo Rosario en nuestras parroquias de un modo especial en el mes de Mayo, y nos es común saber que es el mes de María.

Incluso en algunas parroquias, las niñas de un modo especial durante este mes ofrecen flores junto con la oración del rosario a nuestra Madre del cielo.

Pero ¿qué relación hay del mes de mayo con la Virgen María? Si queremos buscar un referente en la historia, tenemos que mirar hacia otras culturas.

En Grecia, por ejemplo, mayo era el mes de Artemisa, o en Roma el mes estaba dedicado a Flora, haciendo del mes de mayo el mes de la fertilidad y de las flores.

La Iglesia miró en esos referentes una semilla de la fe e hizo brotar el verdadero fruto al cristianizar ese tipo de usanzas.

Algunos han visto en esas fiestas paganas el trasfondo y la relación de la Virgen María con el mes de mayo.

No es difícil además entender que mayo fuera el mes de María puesto que es el mes donde después del hielo, todo resurge, reverdece, florece y produce fruto.

Otro aspecto importante de apropiación mariana del mes de mayo, es la práctica de las consagraciones a la Virgen María.

La pronta devoción a la Madre de Dios manifestada en pinturas e himnos llevó a la usanza de las consagraciones a la Virgen María.

Ya para la edad Media se conocía la devoción de los 30 días dedicados a la Virgen María, que iniciaban con la fiesta de la Asunción de María el 15 de agosto.

Su práctica y necesidad llevó a reservar un mes específico a la Madre de Dios, y ya para el Siglo XVIII se pueden ver testimonios del mes de mayo dedicado a María Santísima.