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Ser mamá es la vocación más hermosa y difícil que hay.

Ser mamá es la vocación más hermosa y difícil que hay, porque para ser mamá hay que tener la ternura de una caricia y a la vez la fortaleza de un roble.

Buena comunicación con tus hijos

La comunicación es la vía más directa para establecer una conexión con nuestros hijos, porque si ellos saben que pueden acercarse a nosotras para platicar sus asuntos, establecemos un vínculo que difícilmente se puede romper. 

En las buenas y en las malas

Es importante que nuestros hijos sepan que estamos ahí para ellos y para ayudarles en todo, sin estorbarles pero siempre listas para auxiliarles.

Ora por ellos

Las mamás estamos siempre al pendiente de lo que necesitan nuestros y también en el plano espiritual. 

Ofrece todo tu día

Si queremos dar un paso más en esto de interceder por nuestros hijos, una buena forma es ofreciendo todas nuestras acciones del día por ellos. 

No hay edad para dejar de ser mamá

Esto de la vida espiritual es muy impactante porque no es como la vida biológica. 

En lo biológico nuestros hijos crecen y poco a poco se hacen autónomos y pueden hacer sus cosas por sí mismos, pero en la vida espiritual nunca dejan de tener la necesidad de que les acompañemos con nuestras oraciones y oblaciones.